DOGMA llega como un quiebre. Ya no suena la sala de ensayo, los fills de batería en un gran estudio o la avalancha de texturas rugosas de las guitarras. La electrónica ganó el round sonoro y abre la puerta a una estética de pulcritud. Una música de diseño en donde la canción retoma el protagonismo y propone el tiempo de la música. En este espacio de estudio/laboratorio Peces Raros encuentra la herramienta para potenciar la canción, brindando a cada una de ellas su propio peso específico. Así es como se configura un álbum versátil de 10 canciones singulares unidas por un hilo invisible: DOGMA es tanto un sonido como una forma de hacer canciones y para Peces Raros un nuevo paso en su inquieto camino.