El final de la mini gira por Chile del ex vocalista de Misfits, se concretó la noche de este sábado, en un teatro Cariola abarrotado de fanáticos que llegaron a disfrutar de un espectáculo increíble, de esos que están ideados para complacer al respetable. El estadounidense llegó al país para presentar de manera íntegra, los dos larga duración que grabó junto a la legendaria banda de horror punk, discos que marcaron al grupo en la década de los noventa y les significó una exitosa ráfaga de aire fresco, tanto así, que existe una legión de seguidores del grupo que conocieron a Misfits con Graves a la cabeza del cuarteto y, encuentran en ésta formación, a la encarnación definitiva de la agrupación. Es por este motivo que esta seguidilla de conciertos era tan especial, y en esta última “patita”, el vocalista y sus músicos lo dieron todo para un cierre de oro.
Por Sebastián Zumelzu Castro
Foto por Fabián Ortega
Precedidos por la actuación de la banda chilena de darkpunk, DGA 95, quienes se tomaron el escenario del teatro se la calle San Diego para dejar más que una buena impresión frente al público, Graves y sus colegas hicieron acto de presencia pateando cabezas desde el primero momento de la mano de American Psycho, sencillo que abre el disco del mismo nombre, comenzando así la interpretación completa del álbum del año 1997. Mosh pits eternos y cantos multitudinarios fueron la tónica durante toda la presentación. Canciones como Walk Among Us, la implacable Dig Up Her Bones y Crimson Ghost, fueron de los pasajes más destacados durante los primeros cuarenta minutos de concierto que tomó interpretar el disco completo, con pausas para interactuar con el público incluidas. Así es, después de todo, estábamos en un concierto de punk rock.
Foto por Fabián Ortega
Un par de minutos de descanso y el grupo volvía para ejecutar “Famous Monsters” (1999), anticipando la tanda con la introducción instrumental, Kong at the Gates. Este redactor tuvo la oportunidad de ver un show de los Misfits comandados por Jerry Only, en su actuación en el marco del extinto festival The Metal Fest del año 2012, y, siendo totalmente sinceros, la performance de su versión de la banda en vivo, dejaba mucho que desear en todos los sentidos. Afortunadamente, Graves se hizo acompañar de unos músicos más que competentes y su calidad vocal, pese a no ser igual a la que podemos escuchar en estudio, es más que decente para un hombre que lleva haciendo esto por décadas - ¡Y con cuatro conciertos al hilo! -, por lo que ver al cantante mostrar un desempeño a la altura en que lo hizo la noche del sábado, es más que valorable.
Foto por Fabián Ortega
Los grandes éxitos que marcaron la segunda mitad del concierto, fueron Dust to Dust, Scream!, y la llorada, Saturday Night, que convirtió al Teatro Cariola, en un verdadero karaoke. La gente estaba entregada y el frontman también, expresando en numerosas ocasiones el amor que sentía por su público, dándose incluso unos minutos para abrazar a todos aquellos que se encontraban en las primeras filas. No es ajena para nadie la controversia en la que se ha visto envuelto el músico en el último tiempo, debido a su supuesta vinculación con un grupo de extrema derecha estadounidense. Sin entrar en mayores detalles, este acontecimiento le ha valido un montón de rechazo a su persona, perjudicando lógicamente su carrera musical. No es por ser mal pensado, pero en ocasiones, parecía que su desbordado afecto hacia el público, tenía como objetivo limpiar la mala imagen que se ha ganado, y la verdad es que, de ser así, fue una movida innecesaria. La gente anoche estuvo ahí por la música, disfrutó a concho y no pedía más que la buena actuación del grupo. Es claro que muchos estaban al tanto de la controversia, pero al final del día, y aunque se escucharon varios gritos del tipo “¡Pelao’ qlo!”, el público iba a escuchar lo mejor de una época de una de las bandas más importantes del punk. Así lo corroboró el final del show, cuando “Helena” puso a todo el mundo a cantar y a moshear, sin otra motivación que la de pasarla bien. Graves despidiéndose ante la ovación del público y sus músicos destruyendo la ornamentación del escenario, fueron las últimas postales del ex Misfits a nuestro país.
Cuatro fechas para el recuerdo fue lo que nos dejó Michale Graves. Con la promesa de que volvería pronto, el estadounidense nos brindó un repaso de ensueño de los mejores años de su carrera como músico, con un espectáculo a la altura y una energía envidiable. Su figura es cuestionable, pero la música pudo más, y anoche fue la protagonista de una velada para el recuerdo.
Galería fotográfica por Fabián Ortega