El sonido de Loiis se caracteriza por los opuestos en un choque constante: el silencio con el ruido, el día con la noche, la ciudad con el campo, la vida y la muerte etc. La banda originaria de la Ciudad de México conformada por Mauricio, Héctor, Linda, César y Oscar, llega el día de hoy con su álbum debut Un Final Feliz, ya disponible en todas las plataformas digitales.
Un Final Feliz fue grabado entre 2018 y 2019. Sujeto a un sinfín de demoras, parecía que una maldición hubiera caído sobre la banda. Grabado en un edificio abandonado que ahora alberga los archivos de un hospital en la Colonia Roma, la banda levantó un estudio temporal y comenzó a grabar una tarde de noviembre. David Lemus (El Shirota) ayudó con la producción y la mezcla. El master lo hizo Harris Newman en su estudio en Canadá.
El arte lo realizó Héctor, algo colorido y melancólico que contrastara un poco con lo claroscuro del disco. Además, cada canción viene acompañada de un visualizer. Los videos los hizo César Ortiz para cada canción y cuentan una historia alrededor del disco. Nacieron como imágenes sencillas que representan cada canción para hacer unos teasers de lanzamiento, pero César llevó ese concepto al extremo y realizó un “videoalbum” completo.
- "Sería imposible condensar la temática del disco a una sola cosa, pero desde el principio sabíamos que sería largo y que todas las canciones en algún punto girarían en torno al concepto de “cosas que se repiten sin presentar casi ninguna resolución o cambio”. Es sobre la naturaleza cíclica de la cotidianidad y cómo pareces estar atrapado en el de día de la marmota, condenado como Sísifo a repetir las mismas tareas sin ninguna última gratificación, sin un “final feliz”, sino que el hecho mismo de hacerlas se vuelve el propósito," relata Mauricio.
"Ángel" es el comienzo y final de cada derrota, es sobre ese momento en que nos encontramos con un fracaso y debemos escarbar en lo más hondo hasta encontrar el espíritu o “inspiración” de volver a hacer todo nuevamente. Es una evocación lúgubre pero su impulso final es el de crear, no el de lamentarse, mientras que “No Me Acuerdo” es lo opuesto: el estado de letargo absoluto al final de la carrera. Lo más simple se vuelve casi imposible de hacer, llegar al final de cada día es una prueba insoportable y no quieres hacer ni tener nada que ver con nadie.
El “centro” del álbum es “Los Años”, es la canción más larga y la que tomó más tiempo escribir.
"La letra es la más personal para mí y habla de algo muy específico a mi vida pero que puede ser un sentimiento muy universal. Desde muy corta edad recuerdo sentir ese temor a volverme “demasiado viejo” sin dejar una marca en el mundo. A un escalón de los 30 ese sentimiento se intensifica cada día: el temor a perder el tiempo." explica.
"El “Final Feliz” para mí es la existencia del disco en sí. La resolución es, creo, la finalidad de todo el arte que nace de la devastación. Es esa propiedad “alquímica” que tiene la música de transmutar la energía negativa en positiva. Es la razón por la que hacemos lo que hacemos, es terapia."
La belleza en la oscuridad. Ese es el mensaje principal de Un Final Feliz. Con puntos claros de referencia al slowcore de los 90, Mauricio Avendaño guía a la banda por el bosque. Pero en la oscura y melancólica atmósfera de los arreglos mínimos de Loiis, uno no puede evitar darse cuenta de la belleza que está dándose detrás y entre las melodías.