Rara vez suele darse ese instante en que los espectadores de un show dejan todo su entusiasmo de lado para simplemente contemplar lo que está frente a ellos. El talento que desplegó la nueva perla del blues logró eso y mucho más, cautivando a todos quienes presenciaron un debut que seguramente será recordado por mucho tiempo.
Por: José Tomás Prado
Foto: Luis Marchant
Con una antesala marcada por un show completamente vendido, el Club Chocolate recibió calurosamente a Sebastián Arriagada para prender los motores de una jornada cargada de blues. El talentosísimo artista nacional demostró toda su maestría en el género raíz acompañado de una banda de lujo, que potenció cada momento guardado por Sebastián para solear con una preciosa telecaster roja que pareció gritar y llorar blues de manera sublime.
Desde todo momento, se sintió que el telonero estaba apoyado por un sentimiento de camaradería de su público, que entre fanáticos del plato principal incluyó también a varios referentes de la escena bluesera y guitarrística chilena. Así, el telonero endulzó la jornada con composiciones que rotaron en una variedad de estilos que, tras sortear algún que otro problema técnico, lograron culminar con un clásico de clásicos: "Every Day I Have The Blues".
Pasados unos minutos de la hora estipulada, la banda de apoyo del plato principal tomó sus posiciones para jammear hasta que finalmente "Kingfish" apareciera para desatar la locura del local santiaguino. Armado de una increíble Gibson Les Paul, el bluesman de 25 años desplegó toda su energía para iniciar con "Midnight Heat", soltando sus dedos para entregar los primeros solos de la noche y dejar boquiabierto a prácticamente todo el club.
Saltando entre las diferentes posibilidades del género que lo inició todo, el guitarrista oriundo de Misisipi despachó tremendas versiones de "Fresh Out" y "Another Life Goes By", deleitando con un slow blues que sacó a relucir lo mejor de un órgano Hammond que parecía querer robarse toda la atención de una banda de lujo. Entre cada canción, Christone aprovechó de agradecer el cariño de un público que esperó con ansias su debut y sacó a relucir todo su carisma sobre el escenario.
Con un gesto que sorprendió a todos, el guitarrista aprovechó el final de "Mississippi Night" para escabullirse detrás del escenario hasta aparecer entre el público armado de su guitarra para solear entre la gente, un momento épico. Emoción que no decaería, ya que el propio Kingfish se encargaría de invitar a Sebastián Arriagada nuevamente al escenario para un duelo de guitarras que adornarían la increíble "Hard Times".
Bordeando la hora de espectáculo, el protagonista de la jornada se tomaría un tiempo para emocionar a todos con "Rock & Roll", una emotiva carta de amor a su propia madre que lamentablemente falleció durante el 2020. La emotividad y el sentimiento del guitarrista fue tal que muchas de las personas en las primeras filas soltaron alguna que otra lagrima.
Con la rockera "Outside of This Town", la banda empezaría a cerrar de manera magnífica un jornada que tenía a todos las y los presentes sobre las nubes. Con una soltura envidiable, cada miembro aprovechó su espacio para brillar por cuenta propia al mismo tiempo que Kingfish se hacía fuerte con una voz poderosa y lo suficientemente brillante para adornar las condecoradas "662" y "Long Distance Woman", que lograron el climax necesario para terminar la jornada de la mejor manera.
Así, el esperado debut de una de las figuras más aclamadas del blues en los últimos años logró cumplir todas las expectativas de un público fiel al género que probablemente nunca morirá. Una instancia marcada por el talento excepcional sobre las seis cuerdas y el carisma de un chico que parece tener todas las herramientas para escribir su nombre con letras doradas en la larga historia del blues.
Galería fotográfica por Luis Marchant
Sebastián Arriagada
Christone "Kingfish" Ingram