Lo que pasó durante la tarde y noche del martes 17 de septiembre en el Estadio Santa Laura se podría resumir en una fiesta para quienes amamos el hard rock y los himnos capaces de reventar estadios. Magnificas presentaciones de los británicos y los californianos solo nos terminaron de confirmar lo obvio: las grandes canciones viven para siempre.
Por José Tomás Prado
Foto: Miguel Fuéntes
La producción de The Fan Lab sorprendió a todos cuando, entre rumores de la vuelta de Journey a nuestro país tras 12 años, presentaron una jornada que traería de vuelta a los californianos acompañados nada más y nada menos que de Deep Purple. La cosa se veía más que prometedora.
Para tal evento era necesario un telonero nacional que conociera de himnos, y así lo demostró Aleste. Con una alineación estelar y sonando de manera impecable, la agrupación nacional demostró su categoría y experiencia al abrir de gran manera el escenario que invadió el Estadio Santa Laura. Grandes y chicos que empezaban a tomar sus asientos pudieron disfrutar de un breve set que jugó con lo clásico e incluso se tomó la libertad de homenajear a Kiss antes de reventar en un estridente coro encendido por la eterna "Hay un Límite".
Foto: Luis Marchant
Entre aplausos, los nacionales se despidieron sin antes dejar la mesa servida para los veteranos definitivos del hard rock. Un potente bajo retumbó cuando dieron las 19hrs en el momento justo para dar la entrada perfecta a los británicos que, entre aplausos de una fiel fanaticada, hicieron remecer el estadio con una estupenda versión de "Highway Star".
En gloria y majestad, los hombres liderados por Ian Gillian demostraron su estatus de leyendas con una ráfaga de clásicos del rock que demostraron una vitalidad intocable. Armados con lo mejor de su repertorio, la banda hizo emocionar a un público que llegaba a agarrarse la cabeza sorprendidos por el desplante de los músicos en grandes clásicos como "Into The Fire"y "Lazy". Aún así, el set disfrutó de secciones del increíble último trabajo de estudio de la banda, permitiendo que "A Bit on the Side" y "Lazy Sod" sonaran fuerte en el recinto capitalino.
Foto: Luis Marchant
Permítanme darle un punto aparte a Ian Paice, que con una soltura y energía envidiable, demostró una categoría que pocas veces podemos disfrutar en nuestro país. Desafiantes pasajes de canciones como "Space Truckin'" y "Anya" fueron aprovechadas por el experimentado baterista para dar una verdadera cátedra de su instrumento ni más ni menos que a los 76 años. Simplemente impresionante.
Foto: Luis Marchant
Con una más que sólida presentación que superó la hora y media, los hombres de Hertford soltaron toda la carne a la parrilla para su gran final. La increíble seguidilla de "Smoke on the Water","Hush" y "Black Night" terminaron de reventar a un estadio que ya gozaba de un aforo casi completo y que inundó en aplausos a los veteranos del rock mundial. Un verdadero lujo de show.
Ya para las 21hrs, estadio estaba totalmente caldeado para el retorno de una banda que goza de una increíble popularidad en nuestro país. Ante la mirada atenta de los miles de soldados con poleras negras tematizadas con la gira del 50 aniversario, Journey se terminó de tomar el escenario para que Deen Castronovo ocupara su enorme kit de batería para dar inicio a la icónica "Only The Young".
Foto: Miguel Fuéntes
Como un animal agitado, Arnel Pineda llegó corriendo al centro del escenario cargado de euforia para sacar adelante la tarea. Los miles de gritos que inundaron a los californianos lograron hacer sentir al plato principal en casa incluso cuando la primera hora de presentación estuviera marcada por fuertes problemas técnicos. De todas maneras, el magnífico Neal Schon se las arregló para superar las adversidades y guiar a su compañeros de ruta por tremendas interpretaciones de "Stone In Love", "Keep on Runnin'" y "Escape".
Foto: Miguel Fuéntes
Cuando los problemas cesaron, la banda pareció soltarse de esa tensión inicial con las primeras filas para agradecer el caluroso recibimiento de la hinchada chilena. Con una simpatía y humildad ya a estas alturas característica, Pineda tomó la palabra para saludar y hacer gestos de cariño hasta los rincones más profundos del estadio. La fiesta continuó con la espectacular introducción de "Ask the Lonely" y el poder de la rockera "Chain Reaction".
El primer gran karaoke de la noche llegó con la estupenda "Lights", que logró encender el estadio con flashes y hacer soltar más de alguna lágrima entre un público cada vez más convencido de la potencia del espectáculo. La ráfaga de clásicos continuó con un espectáculo que claramente fue de menos a más, demostrando el oficio de la agrupación que aprovechó su pie latinoamericano para celebrar su medio centenar de existencia en uno de los países que más los escuchan a nivel mundial.
Con una sensibilidad incomparable, el tremendo Jonathan Cain se robó todas las miradas cuando la banda soltó impecables versiones de "Lovin', Touchin', Squeezin'" y la monumental "Open Arms", que demostró seguir emocionando a sus fans de la misma manera que aquella inolvidable primera visita de 2008.
Foto: Miguel Fuéntes
Ya cuando se acercaba la hora y cuarenta minutos de presentación, Neal Schon se tomó la libertad de adueñarse del escenario para solear su preciosa guitarra PRS ante la mirada asombrada de los miles de asistente que, entre aplausos y gritos, perdieron totalmente la cabeza cuando la banda se reincorporó para empezar a cerrar el set con la emocionante "Separate Ways (Worlds Apart)" y su icónica introducción con sintetizadores.
Sin tomar casi un respiro, la ahora victoriosa banda cerraría con broche de oro una vuelta inolvidable a nuestro país con probablemente una de las mejores y más icónicas canciones de la historia de la música: "Don't Stop Believin'".
Ante el coro ensordecedor de un público que se encargó de unir a nuevas y antiguas generaciones, Pineda terminaría de comerse el escenario a base de energía y talento al mismo tiempo que la banda daba cuenta de un fiato envidiable. El karaoke parecía llegar a su fin cuando de golpe llegarían los acordes que rellenaron el tanque de energía por última vez para el batacazo final del la noche: "Any Way You Want It".
Foto: Miguel Fuéntes
En una explosión final que terminó de disipar cualquier duda, Journey terminaría su set sobre dos inolvidables horas que se sintieron como un viaje de éxitos y buenas canciones que, aunque pasen cincuenta o cien años, parecen no tener una fecha de caducidad.
Setlist Deep Purple
Highway Star
A Bit on the Side
Into the Fire
Guitar Solo
Uncommon Man
Lazy Sod
Keyboard Solo
Lazy
When a Blind Man Cries
Anya
Bleeding Obvious
Space Truckin'
Smoke on the Water
Hush
Black Night
Setlist Journey
Only the Young
Be Good to Yourself
Guitar Solo
Stone in Love
Keep On Runnin'
Escape
Ask the Lonely
Chain Reaction
Lights
Still They Ride
Girl Can't Help It
Send Her My Love
Who's Crying Now
Lovin', Touchin', Squeezin'
Piano Solo
Open Arms
Faithfully
Line of Fire
Dead or Alive
Wheel in the Sky
Guitar Solo
Separate Ways (Worlds Apart)
Don't Stop Believin'
Any Way You Want It
Galería fotográfica por Luis Marchant: Deep Purple & Aleste
ALESTE
DEEP PURPLE