Con "Sarajevo", su sexto álbum de estudio, José Madero consolida una de las etapas más maduras de su carrera solista. El exlíder de Pxndx entrega un trabajo profundamente introspectivo, donde la reconstrucción tras la ruina emocional se convierte en el hilo conductor. El artista mexicano regresará a Chile el viernes 24 de octubre para presentarse en el Teatro Coliseo, escenario que ha sido testigo del cariño incondicional de sus fans desde los inicios de su camino en solitario.
Por: Carol Celis
El disco, compuesto por doce temas, transita entre la melancolía y la elegancia sonora. Canciones como "Sarajevo", "Nadie más vendrá" o "Cum Laude" revelan una sensibilidad poética que combina vulnerabilidad con autocrítica. Otros temas, como "Luciérnaga", abordan problemáticas sociales como el femicidio, mostrando una mirada empática y madura que amplía su registro artístico.
En cuanto a sonido, Sarajevo mantiene la identidad cuidada que ha caracterizado su obra, con una producción sobria, arreglos precisos y una voz que suena más humana que nunca. La presencia de colaboraciones con Lasso y Sofía Thompson aporta matices frescos y refuerza el carácter expansivo del álbum. Como bonus track, “Baila conmigo” ofrece un respiro cálido y bailable, rompiendo la melancolía con una invitación a soltar el peso del pasado.
El vínculo de José Madero con el público chileno ha sido especialmente fuerte en los últimos años. Su última presentación fue en Lollapalooza Chile 2024, donde se sumó al cartel tras la caída de algunos artistas, convirtiéndose en una grata sorpresa para los asistentes y logrando repletar el Alternative Stage. Un año antes, ya había conquistado el Teatro Coliseo con la gira de Giallo II, en un concierto igualmente agotado que confirmó su sólida base de fanáticos en el país.
Sarajevo no busca agradar: busca reflexionar.
Es el retrato de un artista que ha dejado atrás la necesidad de explicar su pasado para concentrarse en entender su presente. Un álbum sobre ruinas, sí, pero también sobre la capacidad infinita de volver a florecer.
Inspirado en la ciudad europea que renació después de la guerra, Madero utiliza esa metáfora para explorar heridas, duelos y renacimientos personales.