El quinteto alemán nunca ha hecho nada a medias, y el nuevo sencillo “Mind Control” no es una excepción. La nueva canción comienza con imágenes inquietantes, demasiados pensamientos, una mezcla de sueños febriles, melancolía y esa resbaladiza sensación de perder el control. Claramente, una instantánea de cómo se siente tocar fondo, se trata de buscar respuestas, una búsqueda de una salida. Y, sin embargo, este sentimiento aplastante contrasta con una melodía que se siente como pura felicidad sonora y, de hecho, suena despreocupada. Imposible resistirse, “Mind Control” inmediatamente te da ganas de bailar; solo tienes que asentir con la cabeza mientras se desarrollan los acordes del piano y el ritmo te atrae. Un choque musical de polos opuestos, que invita a la reflexión y es extremadamente pegadizo.
Hacia el final, sin embargo, el contraste entre contenido y sonido se disuelve, ya que el narrador/protagonista parece finalmente encontrar una nueva esperanza y una perspectiva más positiva:
“cuando me he quemado por dentro/todavía tengo que intentarlo”. Las cosas pueden ser difíciles, pero cada día ofrece una oportunidad de mejorar, una oportunidad de finalmente “¡empezar a trabajar!”.
Su mensaje central: cuando finalmente logres levantarte y salir de esa carrera de ratas, ¿por qué no llegar hasta el final?. Afortunadamente, una nueva canción de Giant Rooks es la banda sonora perfecta para hacer que eso suceda exactamente: sirve como inspiración lista para la pista de baile y como acompañante reflexivo que no ofrece nada más que apoyo.