El año pasado, la artista argentina lanzó su segundo álbum de estudio bajo el nombre de “El Valle Encantado”, un álbum que logra capturar las esencias folclóricas nortinas de su país y que nos hace visitar las raíces de la artista salteña. Hace casi un mes, la cantante sorprendió a todos sus fanáticos con “LXS INFERNALES”, una colección de clásicas canciones latinoamericanas, que muestran las inspiraciones que tuvo para crear su anterior trabajo.
Por Fernando Vilches
No es una locura afirmar que al otro lado de la cordillera ha ocurrido un tremendo auge musical durante los últimos años, sobre todo en la escena indie. Y en Chile, hemos sido fieles testigos de esta genuina camada de artistas, que nos han deleitado con refrescantes sonidos e innovadoras propuestas.
Feli Colina ha pisado fuerte sobre este terreno artístico, dejando una ostensible huella al incorporar diversas texturas folclóricas sobre su música. Ya con tres álbumes y una diversidad de singles bajo su manga, la cantautora salteña visita las páginas de Sunderbeats para compartir la estructura de su música y conversar sobre su más reciente trabajo.
¿Cómo fueron los procesos creativos de “El Valle Encantado” y “LXS INFERNALES”?
- Fueron muy diferentes y a la vez, muy hermanos. “El Valle Encantado” al ser un proceso de obras propias, fue muy largo. El disco relata el viaje que hice pare reencontrarme con mi musa e inspiración. Por eso ocupo el folclore del norte de Argentina o incluso, palabras de la religión católica. Yo tuve, a mi placer y a mi pesar, educación católica toda mi infancia. Entonces, para hablar sobre la espiritualidad, utilizo ese lenguaje. Fue un proyecto que tuvo muchos estilos, autores y canciones dando vuelta para componerlo. Entonces “LXS INFERNALES” es la radiografía de este, una muestra explícita de lo que me inspiró. Es un disco de versiones y más simple. Son seis temas del cancionero argentino y también en parte, del Latinoamericano.
Como nos comentabas, para crear este disco, tuviste que visitar tus raíces y, en conclusión, dirigirte hacía el folclore de tu país, ¿Cómo surgió aquella idea?
- El álbum está compuesto en pandemia y fue un tiempo en el que no pude volver a Salta. Durante el transcurso de ese año y medio, comencé a romantizar la cultura de allá. Me puse a escuchar folclore y mucho de este me lo mostró Balta, quién es el productor del disco. Y si estás escuchando algo todos los días, cuando te toca crear canciones, estás están muy teñidas de lo que escuchas. Cuando me puse a componer, los temas ya eran carnavalito, samba o chacareras. Fue muy natural.
¿Y qué elementos del folclor ocupaste para producir aquel sonido?
- Cuando comenzamos a grabar, aparecieron instrumentos percusivos muy típicos, como el bombo legüero, la huancara o la caja chayera. El disco es bastante coral, tipo hay muchas voces cantando al mismo tiempo y algunas están sin armonizar. Para mí eso es el folclore, es canto popular
Hace años atrás tocaste en los subterráneos de argentina, ¿Qué enseñanzas te llevas de aquella época?
- Fue mi escuela. En su momento lo hice por la necesidad de trabajar, pero desde que comencé a tocar en el subte, decidí ser música. Tuve que captar la atención de gente que no estaba predispuesta a escucharme. Así que son cimientos de mi música y en definitiva, me ayudó a tomarle confianza a la calle porteña y a levantar mi voz.
¿Qué sentimientos has intentado transmitir en tus canciones?
- Yo creo que todos mis proyectos transmiten el contraste entre la luz y la oscuridad. Me gustan los contrastes, que exista una letra dura con una melodía dulce y al revés. Durante mi vida he ido procesando diversas experiencias y emociones que han quedado reflejadas en mis canciones.
¿Te ves tocando en Chile?
- Si! Me veo ahora ya en Chile. Tengo muchas ganas de sacar a pasear estos proyectos, de llevarlos a la mayor cantidad de lugares posibles. Me encanta hacer discos, pero más aun, tocarlos en vivo. Yo creo que este año estaré por allá.