Como buenos ingleses, siendo las 21 horas partió un inolvidable show en el Teatro Caupolicán. Con una puesta en escena limpia, sencilla, pero muy cálida y efectiva Tom Misch se presentó ante un Teatro lleno. Con fans que clamaban por el músico y bramaban por disfrute. Uno de los mejores shows del año hasta el momento.
Por Valentina Morales Foto por Rodrigo Lagos
Está el estereotipo de que los ingleses son muy puntuales, y si bien estas reglas tienedn a ser un poc más laxas para los músicos, Tom Misch siguió al pie de la letra ese estereotipo. Las indicaciones mencionaban que a nueve de la noche comenzaría su show, seguido de un calentamiento de motores de parte de DJ Flakodiablo, y ni un minuto antes ni un minuto después, a las 21 horas, Tom Misch se subió al escenario junto a sus seis músicos para deleitar a la fanaticada chilena con un show de 90 minutos que estuvo cargado de swagger, mucha onda, profesionalismo y disfrute.
What Kinda Music, la canción que da título a su último álbum (en colaboracón con Yussef Dayes), fue el tema elegido para abrir el show que nos demostró que pese a lo joven que puede ser Tom (26 años), la poderosa amplificación, la bella coordinación de las luces que le dieron un toque atmosférico al concierto y la pulcritud con la cual se tocó, esta iba a ser una velada memorable.
Siguió uno de sus éxitos, parte del álbum Geography (2018) y uno de los temas que definitivamente la gente estaba esperando, a penas sonaron los acordes de It Runs Through Me, el Teatro Caupolicán se transformó en un bar de karaoke masivo, con la gente cantando hasta los riffs de guitarra, dejando perplejo a un Tom Misch que solo podía reír y sonreír ante la muestra de cariño del público chileno.
Originalmente Tom se iba a presentar en el Teatro la Cúpula, pero una exitosa venta de entradas, lo trasladó a un recinto más grande, el Teatro Caupolicán y qué buena elección que fue esta. Porque si bien el espacio físico es más grande y por lo tanto la audiencia creció, la intimidad y la sensación de cercanía no se perdió nunca. Antes de estrenar su canción Falling For You, Tom se dirige oficialmente al público, y con un tan solo “Hola Santiago”, el público rugió en júbilo. “This is my first time playing in Chile” ante los vítores de una fanaticada que ansiaba poder disfrutar del nu-jazz del inglés.
La música de Tom Misch es quizás el tipo de música que tu papá debiese escuchar, a ratos te evoca a Sade quizás (de una forma más bien blanca y un tanto masculina, pero se entiende el punto), pero el nivel de carisma hace que sea inevitable no derretirse ante su estampa, talento musical y su onda general. Los gringos tienen una frase que logra encapuslarlo muy bien, effortlessly cool. O sea no intenta ser bacán, SIMPLEMENTE LO ES. Y no solo Tom, su banda completa (un bajo, dos guitarras-uno de ellos además tocó el violín-, una batería, un percusionista, un tecladista y un saxofonista), la puesta en escena, todo es effortlessly cool.
Si bien el repertorio de Tom podría caer fácilmente en el un-jazz y en que todo sea más bien bajo en energía, eso no pasa en el ring de Tom Misch. Con un equilbrio muy bueno, logró relajarnos y hacernos subir la energía cuando se necesiatab, especialmente con su performance de Disco Yes y su rendición del tema, creado junto Michael Kiwanuka, Money. Para ello se subió uno de los invitados de la jornada, Joel Culpepper, cantante que ha estado en la mini gira latinoamericana apoyando con algunas voces. El Teatro Caupolicán hirvió de energía, todos bailando y cantando. Joel jugando con el público y gracias a la presencia de una bandera chilena (forma segura de que el público prenda, pese a que no lo necesitaba) y un ir y venir entre Joel, Tom y el público, Money se transformó en uno de los punto álgidos en la jornada.
Un concierto que nos hizo recobrar energías, muy rico, agradable y con alta belleza. Con además un paso por sus éxitos de sus álbumes Geography y What Kinda Music, además de seleccionar piezas de sus primeros EPs. Con una lugera muestra de lo que fue el Quarentine Sessiones, con un Tom Misch solo en el escenario y que con la compañía de una pedalera para poder hacer loops, logró llenar de manera ejemplar el espacio. 16 canciones repartidas en 1 hora y 30 minutos, solo decir bravo.
Un show que mostró un profesionalismo y pulcritud con un setlist que logró equilibrar de manera sublime el sonido más relajado de Tom con sus ansias de baile y disco, todo eso sumado a la mucha onda en el escenario que logró mezclarse de manera divina con la cálida y vibrante energía del público y que logró entibiar la noche capitalina del martes 17. Definitivamente uno de los mejores shows del año.
SETLIST:
1.What Kinda Music
2.It Runs Through Me
3.Losing my Way
4.Falling For You
5.I Wish
6.Nightrider
7.Quarentine Sessiones / Never Too Much / What’s The Use
8.Disco Yes
9.Money
10.Better Days
11.Movie
12.Water Baby
13.Crazy Dream
14.Tidal Wave
15.Lost in Paris
16.South of the River
Galería fotográfica por Rodrigo Lagos