Buscar claridad en mensaje y sonido, evolucionar pero conforme a la esencia cultivada: una misión que se lee fácil, pero que en términos de estructura sonora, musical, es una complejidad absoluta.
El encargado de arrimar a tal, es Spiral Vortex, proyecto musical que destaca por su propuesta cargada a la lisergia de tintes más eclécticos*.
Parte del manto detrás de Prisma (2020) más reciente registro de la banda capitalina, y que luego de los años de pandemia finalmente tendrá su estreno en vivo.
Una velada programada para el próximo 29 de abril en Sala Metrónomo; fecha que se alza como un importante desafío en la carrera de la banda fundada por los hermanos Sebastián y Maximiliano Aylwin: el registro con el que llegan se alza como el de tintes más poperos de su catálogo, pero de los más destacados a nivel nacional en el alborotado 2020, siendo visita obligada para adeptos y foráneos; además de ser uno de los espectáculos en solitario de mayor envergadura de sus más de diez años de carrera.
El reducto de Ernesto Pinto Lagarrigue verá entonces el repaso en vivo de Prisma. Largaduración que tuvo a la banda dos años experimentando y recorriendo. De hecho, parte de su primera concepción viene de tierras extranjeras pero con acentos chilenos: fue en el estudio Soga Records del DF, México, donde coincidieron con Felipe Castro, productor chileno radicado en el mencionado país, y que entre sus trabajos destacan asociaciones con Ases Falsos, Pedropiedra, Jorge González, Weichafe y Fakuta. Un recorrido que siguió luego en Santiago, y que fichó otro nombre destacado: Andrés Nusser, del extinto Astro, y que estuvo detrás de dos composiciones -Verano infinito y Ojos de eclipse- así como mezclas de Cerro Castillo y Portal. Camino que finalizaría en la autogestión característica de los músicos: en el computador de Sebastián Alwyn, vocalista y guitarrista del conjunto.
Resultado: la propuesta sonora más pulida a la fecha de Spiral Vortex. Clara, concisa. Con referencias al pop setentero bailable, que inclusive plasman en un videoclip caracterizados como Electric Light Orchestra -Poliedros-.
- “Lo que se extendió hacia el disco fue más la claridad del sonido,la producción, que logramos un sonido más puro, pero tiene distintos elementos. No es un álbum completamente pop, pero logramos la fusión de cómo entregar un mensaje sin perder la identidad”, explicaron a fines de 2020 para Culto.
La invitación es a reflejar, y descomponer la luz, tal cual un prisma. El fin e inicio de un ciclo sumamente importante en la banda, y que tendrá su disco sonando en vivo, con toda la infinidad de colores que logran evocar desde sus composiciones. Un nuevo hito para la psicodelia chilena, que desde 2010 viene ofreciendo de los nombres más vistosos del continente en cuanto a propuestas musicales.
La fiesta post concierto estará a cargo de Macarena Club, que fiel al estilo de la velada, tendrá exponentes que acentuarán esta propuesta de viaje sensorial; entre ellos: Hanzo Haramitsu, Andrea Paz, Kleine pia y VGVm.
Entradas a la venta por sistema Puntoticket.
Valor general: $18.000 más recargo.