Han pasado exactamente 10 años desde que vio la luz Scream, su más reciente referencia en solitario, y periodo en el que también alterno sus giras solistas con las de Black Sabbath, asimismo grabaron su último álbum de estudio como banda: 13 (sin Bill Ward, todo sea dicho); pero ahora Ozzy Osbourne, el príncipe de las tinieblas está de vuelta con Ordinary Man.
Por Matías García
Tengo un ritual muy simple para escribir reseñas musicales: me siento en la cama, prendo un pucho y pongo el disco desde el comienzo. Siempre es así. En ese orden. Y lo que pasó con este disco fue que luego de darle play y de una pequeña introducción de un coro pseudo angelical irrumpieron unas potentes guitarras que trajeron consigo una temprana premisa a mi cabeza. Ozzy Osbourne es todo. Fin. Había dejado de escuchar Heavy metal un tiempo porque uno siempre está en constante movimiento musical, pasando por distintas sístoles y diástoles; pero hay un momento temprano en este disco que te recuerda cuán reconfortante puede ser el heavy metal. Y eso lo ha demostrado con cada uno de sus discos en solitario, que siempre han sido sorprendentemente audaces y potentes, como si Ozzy tuviera que demostrar algo con más de 50 años de carrera. The Prince Of Darkness ha vuelto y realmente no tiene que demostrarle nada a nadie. Es más, dado sus problemas de salud, perfectamente este disco podría no haber existido. Por lo que es aún más valioso e importante. Ordinary Man es el fuego que lo mantiene vivo. God bless Ozzy.
El disco es producido por Andrew Watt y dispone una banda veterana de lujo como lo es el baterista de los Red Hot Chili Peppers, Chad Smith; y el bajista de los Guns N 'Roses, Duff McKagan. También cuenta con las colaboraciones de Slash, Tom Morello, Elton John y Post Malone. Es un registro enorme, que si bien no es perfecto, está lleno de potencia, olas sinfónicas y letras que te calan los huesos. Incluso cuando Osbourne dice "Cuando diga mis últimas palabras / ¿Cómo se sentirá?", Suena tan ambicioso como lo ha sido durante medio siglo. Gracias a todos los señores del abismo por esto. Nos deleita con esa bipolaridad de belleza/oscuridad que caracteriza al madman. Ozzy suena al Ozzy insolente de sus inicios (hay algunos temas de esta pieza que perfectamente podrían haber estado en No More Tears), a ese Ozzy de 25 años de faceta cómica/fantástica, aunque su voz se siente como una interpretación holográfica y de alguna forma ese sentimiento te persigue incluso mientras lo disfrutas. Su voz no muestra evidencia de desgaste, como si las drogas y el alcohol nunca hubiesen estado presentes y de alguna forma te desnivela. Es un detalle. Es mínimo. Pero está. Aunque a pesar de todo, de la energía, de la potencia, de la evolución, no hay forma de ocultar que se acerca al ocaso de su carrera.
Así lo relata en mi canción favorita de esta entrega, que dicho sea de paso le da el nombre al disco, que es un dueto con Elton John y merece ser hablada porque es el resumen perfecto de lo que intenta ser este disco y que posiblemente sea un mensaje de estos dos artistas sobre la fatalidad y el tiempo que les queda.
“Ordinary Man” es una balada que habla sobre cómo sobrevivir a los excesos de la fama solo para darte cuenta de que vas a morir igual, como todxs nosotrxs. Y se manifiesta la sensación de vulnerabilidad que nunca pensé que llegaría. La personalidad del piano de Elton y la voz de Ozzy convergen un algo verdaderamente mágico. De verdad este tema es una joya. Y se me revuelve el estómago pensar en la muerte de estos dos grandes. Entonces se hace justicia al pleonasmo que siempre ha sido su frenética vida. Ozzy parece reflexionar sobre su propia experiencia humana, lo que es sin duda el epitafio en vida de un músico veterano.
Según el propio Ozzy, este no es "técnicamente el mejor álbum [que él] haya hecho". Pero luego de sus problemas de salud, sus giras canceladas y la mayor parte de un año en recuperación, es una alegría. Este disco es un disco para celebrar. Todavía hay vida en el príncipe de las tinieblas. Y aunque el mundo pareciera estar dando sus últimos signos de vida, nada importa, lo único que importa es Ozzy Osbourne.
Recomendamos las canciones “Ordinary Man”, “Under the Graveyard”, “Goodbye” y “Straight to Hell”
Fecha de lanzamiento: 21 de febrero
Sello: Epic Records