Tras su última visita a Chile el año 2019, Jungle volvió a nuestro país con nueva música y una puesta en escena que hizo bailar a un Movistar Arena completo.
Por: María Paz Del Río
Foto: Checho García Pardo
Pasadas las 19:30 hrs comienza la música en un Movistar Arena ansioso con toda la energía de Rubio, quien venía de presentarse en la última edición de Lollapalooza Chile y quien conquistó a todos quienes esperaban a la banda británica. Un show digno de cualquier escenario masivo, y su vocalista Fran Straube, lo sabe.
A las 21:00 hrs el público ya ansioso esperaba a Jungle, quienes partieron casi media hora después de lo anunciado, pero toda esa espera valió la pena.
Josh Lloyd-Watson y Tom McFarland saben cómo transformar un escenario en una pista de baile al momento en que ponen un pie sobre el el. Con una banda de apoyo extraordinaria, la cual incluía a un baterista chileno, Jorge Díaz, sus pegajosas melodías, visuales, voces de apoyo de sus dos coristas y una interacción con el público, hizo que el show fuera en aumento con el pasar de cada canción.
Algo que destacar fue que en todo momento quisieron estar muy en contacto con quienes coreaban sus canciones, bailando junto a ellos, hablando en inglés invitándolos a cantar, y un esfuerzo que no toda banda internacional hace: intentar comunicarse en nuestro idioma, que aun que si bien no era un perfecto español, se agradece aún más el intentar conectar más profundo.
Luego de presentar a su banda y de agradecer poder estar de regreso en Chile y confesar que es un país que aman, se despiden para luego regresar con el single que no falla: Casio.
Foto: Checho García Pardo
El público, quien no se movió hasta que se prendieron las luces, terminó en éxtasis cantando de principio a fin su última canción en este tan esperado regreso.
Jungle es de las bandas que te hacen recordar como la música traspasa cualquier barrera y la importancia de un show en vivo con sentimiento. Foto: Checho García Pardo