Christina Rosenvinge regresó a Chile para culminar la conmemoración de los 30 años de un álbum que cambió el rumbo de la música femenina en español: Que me parta un rayo, lanzado en 1992 por Christina y Los Subterráneos. La banda ha celebrado este aniversario durante el último año, realizando presentaciones en varias ciudades de nuestro país con gran éxito, lo que motivó que el cierre fuera en el emblemático Teatro Municipal de Santiago. Una noche memorable para los fanáticos de siempre y para una nueva generación que se suma a su música.
Por Álvaro Rodríguez Cárdenas
Foto: Gary Go - Fauna
Christina Rosenvinge, sin duda, es una figura clave en el posicionamiento de las voces femeninas en español. Su recorrido comenzó a fines de los 80 con el dúo Alex y Christina. A inicios de los 90, decidió emprender su carrera solista, formando Christina y Los Subterráneos y lanzando Que me parta un rayo. Este disco revolucionó la música en español al demostrar que las mujeres podían liderar una banda de rock, expresar libremente sus emociones y ser protagonistas. Aunque la banda duró solo unos pocos años, sus letras y canciones siguen vigentes.
Treinta años después, Que me parta un rayo merecía una gira conmemorativa. Lo que comenzó como un plan para cinco conciertos se transformó en una gira de más de 30 presentaciones, varias de ellas en Chile. No podía ser de otra manera: el cierre de esta etapa tuvo lugar en el Teatro Municipal de Santiago, con una audiencia que llenó el histórico recinto para vivir una noche que quedará en la memoria.
El majestuoso Teatro Municipal fue el escenario perfecto para que Christina Rosenvinge y Los Subterráneos cerraran su gira. Puntuales, los asistentes llenaron sus asientos mientras esperaban el inicio del espectáculo. A las 20:00 horas, Los Subterráneos tomaron el escenario con una introducción instrumental, seguido por la aparición de Christina entre ovaciones. Abrieron con el clásico Tú por mí, el primer sencillo del disco y del concierto, coreado de principio a fin por los presentes.
Foto: Gary Go - Fauna
El recorrido por Que me parta un rayo continuó con la energía del público, que se entregó a canciones como Tengo una pistola, Alguien que cuide de mí y Ni una maldita florecita, cantadas a viva voz. Christina, agradecida, interactuó con el público chileno, recordando con cariño sus visitas anteriores al país.
Uno de los momentos más destacados fue 1000 pedazos, un himno al desamor que, lejos de ser melancólico, resonó con fuerza. El coro, "Mil pedazos de mi corazón, rodaron por toda la habitación", fue coreado con energía, mientras Los Subterráneos brillaban en el acompañamiento. Otro clásico fue Voy en un coche, donde el público no dudó en sumarse al grito: “Dile a papá que me voy de la ciudad”. Finalmente, Yo no soy tu ángel, con su icónica línea “Que me parta un rayo si me quedo aquí”, cerró la primera parte del show.
Christina y Los Subterráneos regresaron al escenario para interpretar temas de su segundo álbum y de la carrera solista de Rosenvinge. Entre ellos, Romance de la plata, una canción dedicada a su fallecido padre. También sonaron éxitos del segundo disco del grupo y otros de su etapa solista, ofreciendo un cierre íntimo y emotivo.
Todos los que asistimos a este concierto nos fuimos satisfechos, conscientes de haber presenciado un momento único. Pudimos revivir viejos tiempos y disfrutar de canciones que tal vez no volvamos a escuchar en vivo.
Foto: Gary Go - Fauna
Christina y Los Subterráneos dejaron una huella en una generación entera, y siguen conquistando nuevas audiencias, a pesar de los 30 años que han pasado desde su apogeo. Sus canciones nunca envejecen, y sus letras, con el tiempo, se hacen más fuertes y resonantes.