Celebrar los orígenes, abrazar la trayectoria: Eterna Inocencia en el Teatro Coliseo

Una cadenciosa y nostálgica jornada se vivió en el recinto santiaguino con la banda argentina, la cual sacó del baúl de los recuerdos sus más emblemáticas canciones. Los trasandinos pudieron repasar con éxito sus seis primeros discos y celebrar 25 años de visitas continuas a Chile junto a su incansable fanaticada.

Por Fernando Vilches

Foto por Diego Gamboa

Este 2024 ha comenzado de inmejorable manera para las y los fanáticos del punk. En menos de tres meses, diversos sucesos han deleitado las nostálgicas memorias de miles de seguidores del popular género y podemos comenzar con un efeméride de categoría: 30 años de Dookie, la tremenda placa de Green Day. El pasado 1 de febrero se cumplieron tres décadas del exitoso álbum y para celebrarlo la banda estadounidense estrenó nuevo disco dos semanas antes, Saviors, el cual reutiliza la clásica fórmula del pop-punk y nos hace rememorar sus años dorados.

Por otro lado, Lollapalooza Chile se encargará de seguir sacudiendo esas melancólicas memorias con una generosa cuota de punk durante la segunda jornada del festival en marzo. Primero, Los Miserables se encargará de encender la tarde de sábado y después The Offspring traerá lo mejor del punk californiano para así prepararle una idónea antesala a blink-182, que tendrá la tarea de cerrar con broche de oro la velada en una cita pendiente.

Ahora, el pasado sábado 24 de febrero, quienes disfrutan de este incombustible estilo musical, vivieron una nueva celebración de la mano de Eterna Inocencia. Anfitriones más que familiares.

La antesala en el Teatro Coliseo se vivió con expectación, sobre todo porque la jornada prometía repasar los primeros diez años de carrera de la agrupación trasandina y en consecuencia, sus seis primeros álbumes. Emocionante propuesta para seguir festejando el pasado.

A eso de las 21:20, las luces se apagaron y minutos de incertidumbre recorrieron el recinto. Aplausos y silbidos llamaron a los argentinos, quienes luego de unos minutos aparecieron sobre el escenario. La usual formación de cinco comenzó con Guillermo Mármol en el micrófono marcando la introducción del show con conmemorativas palabras:

  • “Nos reunimos aquí para celebrar 25 años de Eterna Inocencia en Chile”.

Mucho ojo con ese número, porque no es menor. Estamos hablando de dos décadas y media de visitas ininterrumpidas a Chile. Una gran ruta para los trasandinos que nos desvela un prolongado e inquebrantable lazo con su fanaticada chilena.

El eléctrico inicio se fue articulando con canciones de La Resistencia, disco insigne del 2006, que encontró su cima con “Lo Sabía”. Rápidamente se entendió el comportamiento de algunos eufóricos asistentes, que entre crowd-surfing, saltos, moshpits y gritos demostraron puro éxtasis en la cancha del Coliseo.

“A los Que Se Han Apagado”, el homónimo del álbum del 2001, se sumó unos minutos más tarde alimentando este frenético inicio y sin previo aviso, “Le Pertenezco a Tus Ojos” siguió con la tónica del álbum anteriormente mencionado. No hubo tiempo para pausas. El ritmo demandó constancia y los argentinos la entregaron con clase.

Aunque la cita prometía sólo obras de sus inicios, también hubo espacio para algunas canciones recientes y “Cassiopeia” fue un momento cúspide para muchos fanáticos. El tema de Entre Llanos y Antigales empujó con vientos huracanados el llanto y algarabía de la gente, que se hizo paso entre poderosas líricas cómo “Sé fuerte, valiente, Transforma tus tristezas en canciones”.

Minutos más tarde, la velada comenzó a divisar su final y aún así gran parte del público siguió viviendo el concierto con la misma intensidad del inicio. La batalla que se apoderó de parte de la cancha del Coliseo no dio tregua.

Por lo mismo, hay clásicos que simplemente no pueden quedarse abajo de ningún concierto de la agrupación quilmeña, como “Sin Quererlo” o “Inocencia”, temas que, cómo de costumbre, derramaron calidad.

Así, una nueva cita con Eterna Inocencia llegó a su final. Una melancólica y emocionante, que se encargó de retornar a sus orígenes. Resumir diez años de carrera no es tarea fácil, menos cuando tienes que escarbar entre seis discos, pero Eterna Inocencia sin duda que solucionó con destreza ese desafío. Un setlist impecable dejó más que satisfecho al leal público que llegó al Teatro Coliseo para seguir con esta nostálgica celebración punk, la cual está lejos de terminar.

Fotos por Diego Gamboa

ETERNA INOCENCIA