Luego de un show para el olvido en Cochabamba, Bolivia, el cantautor nacido en Buenos Aires "Andrés Calamaro", llegaba al centro de eventos Suractivo buscando reencontrarse con su sonido, y con la intención de presentar material de su decimoquinto álbum de estudio, Cargar la suerte, además de una selección de clásicos de su repertorio.
Review: Nicolás Campos
Alrededor de las 21:10 hrs, el músico saltó al escenario penquista junto al resto de su banda para dar comienzo al primero de dos shows agendados en nuestro país. Abriendo con el tema Alta suciedad, ante un público que se mostró algo tibio en un comienzo, pero en todo momento muy receptivo y con ganas de pasarlo bien, "Andrés Calamaro" impuso de inmediato un tono nostálgico y que a más de alguien le debe haber traído recuerdos de tiempos pasados. Una vez que sonaron los primeros acordes de Verdades afiladas, ya se podían ver las primeras personas de pie bailando y coreando junto al trasandino que vino a contagiar al público con su Rock n’ Roll.
La primera parte del show estuvo especialmente marcada por una muy buena calidad en el sonido, tanto de los músicos, como del autor de El salmón, quien, sentado frente a su piano, no dudó en comentar con igual cuota de soberbia y humildad lo bien que estaba sonando su voz durante el show, agradeciendo a su sonidista y músicos por su trabajo. Con el transcurso de la noche, tanto el público como "Andrés Calamaro" se fueron soltando, y luego de un saludo a la ciudad de Concepción, a la cual se refirió como “La cuna del rock chileno”, el artista cerró la primera parte de su show con el tema Mi enfermedad, durante la cual una bandera chilena llegó al escenario, alcanzando uno de los mayores climax de la noche, con todo el público de pie y saltando, y Calamaro que no se aguantó las ganas de gritar un “Viva Chile mierda!”. Luego del tema Los chicos vino la primera despedida, para dejar el escenario por un minuto antes de seguir el show ante una audiencia que se negó a bajar la euforia y acompañó a todo pulmón en clásicos como Sin documentos, Paloma, y Flaca, con la cual "Andrés Calamaro" se despidió definitivamente del público penquista diciendo “si canto una más, me muero aquí en el escenario”.
Luego de casi dos horas de show, el artista trasandino se retiró junto a su banda ante los aplausos y devoción de los más de 4.000 asistentes que llegaron al recinto a empaparse de euforia y nostalgia, en una noche que sin duda cumplió las expectativas de todos los presentes.
Galeria Fotográfica: Daniela Toledo