Con una mezcla que se adapta como una especie de trilogía con las canciones de Adele (Skyfall) y de Sam Smith (Writing’s On The Wall), la dupla de los hermanos O'Connell logran dar un giro lo suficientemente nuevo para la película número 25 de James Bond, pero al mismo tiempo manteniendo todos los elementos clásicos que hacen de esta una canción Bond.
Por Valentina Morales
El pasado jueves 13 y sin mayor aviso Billie Eilish lanzó oficialmente su canción para la película número 25 de James Bond, No Time To Die, la cual lleva el mismo nombre.
Con una vibra bien clásica dentro del sonido Bond que sirve como una continuación y casi como cierre de trilogía musical sumado a las canciones Skyfall, de Adele y Writing’s On The Wall de Sam Smith para las películas Skyfall y Spectre, respectivamente. Bastante alejado de lo que fueron las dos canciones del inicio de la era Craig, You Know My Name (Casino Royale) de Chris Cornell y Another Way To Die (Quantum of Solace) de Alicia Keys y Jack White, ambas con una marcada sonoridad rockera, Billie Eilish y Finneas logran encajar en el grupo de la segunda etapa, y quizás final de la era Craig.
Con una letra es brutal que nos cuenta qué va a ocurrir más o menos en la historia. Especialmente con la relación entre James Bond y la Dra. Madeleine Swann, interpretada por Lea Seydoux. Entre los trailers y ahora esta canción, es seguro asumir que la relación que se veía muy firme al final de Spectre, se verá en serios problemas, con una posible traición por parte del interés romántico de Bond que pondrá la historia en marcha.
Cuando se anunció que Billie Eilish y Finneas O'Connell serían los encargados de la nueva canción de Bond muchos esperaban que fuera una bomba cataclísmica de pura energía oscura y con sonido más edgy dentro de la música Bond y debo decir que este no es el resultado final. Es una canción más bien reposada, donde vemos a una Billie Eilish más tranquila, pero definitivamente más vulnerable. Sin embargo, tiene todos los trademarks de una canción digna de estos compositores, las texturas musicales con las que juegan se desenvuelven de una manera original y distinto a lo que esperaríamos en una canción Bond. Suena lo suficientemente distinto, tiene una onda haunting, cautivante y embrujante. La mezcla de armonías vocales funciona lindamente en un slow burn. No revienta inmediatamente y podemos escuchar los registros vocales con técnica de de belting de Billie Eilish conforme la canción va avanzando, algo clásico Bond, pero que es distinto y nuevo para ella.
Recomendaciones, escuchen la canción con audífonos, vale la pena para apreciar todos los sonidos.