Bill Laurance Trio: Guiando al jazz en perfecta sintonía

El virtuoso pianista británico logró un impecable show sobre el escenario del recinto santiaguino con una presentación que bordeó las dos horas de duración. La improvisación y complicidad entre la triada de artistas, fue la tónica que marcó en tinta imborrable una jornada repleta del mejor jazz.

Por Fernando Vilches

Foto por Julio Celis

Músico, compositor, multiinstrumentalista, fundador y director de un sello discográfico, profesor de clases magistrales y entre tantas otras cosas, Bill Laurance es un amante de la música. Más allá de que su hogar se encuentre en el jazz, es un artista que no se ha encerrado en este. Todo lo contrario, su capacidad camaleónica de explorar y mezclar géneros se ha transformado en una marca registrada de su repertorio artístico.

El artista británico comenzó desde pequeño a interiorizarse en el mundo de la música gracias a la enseñanza que recibió en su escuela, donde aprendió a tocar el piano. De inmediato se transformó en su instrumento predilecto y juguete favorito. El 2006 pasó a formar parte de Snarky Puppy, un conjunto de habilidosos músicos que se han dedicado a compartir e interpretar lo mejor del jazz fusión. Ya en 2014 pudimos ser testigos y oyentes de su primer trabajo en solitario: “Flint”, un disco que goza de una mezcolanza de géneros y texturas. El intérprete de “Balm” llegó por primera vez a tierras nacionales junto a su trío y acá en Sunderbeats te relatamos cada detalle del estreno de los músicos europeos en el acogedor Club Chocolate.

Telonero - Edén Carrasco

A punta de improvisación y libertad, el saxofonista chileno no necesitó nada más que su brillante instrumento para entregar una gran interpretación de free jazz. Durante la casi media hora que estuvo sobre el escenario, el músico utilizó una caja de ritmos para maquillar cada parte de su presentación y generar una propicia antesala a lo que se venía.

Show Principal

La entrada de los protagonistas de la noche fue presidida por un cálido ambiente que contempló a espectadores tanto de pie, como en la comodidad de sus asientos. Una luz que irradió diversos colores, fue le encargada de bañar las paredes del Club Chocolate y anticipar una noche cargada de buena música.
Los músicos hicieron su aparición sobre el escenario de forma casual y con esto nos referimos a que se instalaron tranquilamente en sus respectivos lugares saludando a su público y con bebestibles en sus manos. Con esa misma serenidad, los instrumentos comenzaron a funcionar y “The Good Things” fue la punta de lanza que inauguró el espectáculo. El talento y habilidad de la apuesta tiple arrojó sus primeros destellos.
Al terminar el tercer tema de la noche, Bill tomó el micrófono y una risa genuina manifestó la patente emoción del pianista británico por compartir con sus fanáticos:

  • “¡Buenas noches Santiago! ¿Como están? Estoy muy contento de poder tocar acá. Estamos casi terminando nuestro tour por Latinoamérica y ha sido asombroso poder llevar mi música a esta parte del mundo junto a al trío. Muchas gracias por estar”.

La jornada de vez en cuando contemplaba rotaciones entre el bajo y el contrabajo. El debut de este último instrumento lo pudimos observar en “Chia”, un tema que contó con gran protagonismo de las cuerdas y una gran química entre el piano y la batería. Y la solitaria aparición de su último proyecto, “Affinity”, fue justo en el ombligo del espectáculo y llegó de la mano del homónimo del álbum. Bill Laurence no tuvo miedo de perder algo de protagonismo y entregárselo a su compañero en las baquetas, quién se encargó de subir la velocidad de su golpeo y motivar a los eufóricos espectadores.

Y el funk también dijo presente durante la fría noche de jueves, con una pieza que duró siete minutos. “Mr. Elevator” surgió gracias al prolijo bajo de Max Luthers, quién encontró una afinidad perfecta con las cajas de Marijus Aleska. Incluso algunas luces apuntaron hacía la gran bola disco del recinto y lograron generar un clima más funky.
Algo que no puede quedarse sin retratar, es la poderosa capacidad del trío para concluir las piezas de forma impecable. Cada desenlace parecía un aterrizaje perfecto y por supuesto que gran responsabilidad de esto estaba en las manos de Laurence, quién no dudó en –como mencionamos en las líneas anteriores- entregarles protagonismo a sus compañeros y así nutrir el desarrollo de las canciones. Y debemos mencionar la energía de los incondicionales fanáticos quiénes no fueron tímidos para demostrar su asombro y júbilo a través gritos y aplausos antes, durante y después de las interpretaciones del súper trío.
Para cerrar la jornada, las obras escogidas fueron “Red Sand” y “Constance”. La interpretación contó con un sutil puente entre canciones, que le otorgó un íntimo, pero necesario momento al pianista británico. La conclusión del tema fue espectacular. Bill Laurence se subió a su asiento y aun así mantuvo sus manos en las teclas y Max junto a Marijus sostuvieron la explosiva trayectoria de la culminación del show. Los tres músicos al finalizar la última nota, posaron al frente del escenario y realizaron una reverencia ante el exuberante vitoreo del público.
La alegría de compartir una noche de jazz junto a uno de sus grandes exponentes contemporáneos se pudo percibir en cada rincón del Club Chocolate. Los espectadores vibraron cada instante del sensacional espectáculo que desplegó Bill Laurance junto a sus talentosos acompañantes y desde Sunderbeats esperamos que no sea la última vez.

Setlist

  1. The Good Things
  2. Swag Times
  3. Chia
  4. Singularity
  5. Affinity
  6. Mr. Elevator
  7. The Real One
  8. Smokers Castle
  9. Keeper
  10. Red Sand / Constance