Pese a que el primer disco de la banda en siete años no ofrece nada nuevo, nos entrega la versión más armónica de Julian Casablancas y compañía en mucho tiempo, ya sin hits pero con un sentimiento que se había perdido con los años.
Por Nicolás Noli
A casi veinte años de su irrupción en la escena musical, The Strokes se había convertido en una banda cada vez más opaca. Una búsqueda de evolución diluida en sus dos últimos álbumes que no alcanzaba a cuajar y un descanso durante la década pasada que en vez de energías, los devolvió más agotados.
Un desgano y descaro que llevó hasta a los fanáticos más acérrimos de los neoyorquinos a distanciarse de ellos. Además, quedando relegados por otras bandas que supieron llevar mejor la batuta del indie rock como Arctic Monkeys y Vampire Weekend. The Strokes, por más éxitos contados que tuvieran por álbum, se perdía cada vez más.
Por lo mismo su anuncio como headliners de Lollapalooza no causó mucha emoción, en parte gracias al recuerdo de la deslucida presentación de 2017, una visita que apenas levantó entusiasmo cuando confirmaron un nuevo disco para abril de este año. El cual era el primero desde 2013 con Comedown Machine, y su primer trabajo desde el EP lanzado en 2016 llamado Future Present Past.
Y justo, todo se derrumbó. Los festivales se cancelaron y el disco, titulado The New Abnormal y programado para el pasado 10 de este mes, pudo haber pasado sin pena ni gloria. Sin embargo, fue todo lo contrario. Porque pese a ser un disco sencillo, con pocos sintetizadores de voz y sin muchas pretensiones psicodélicas ni homenajes innecesarios, The Strokes sacó un gran disco de música. No hay grandes puntos altos ni algún tema explosivo, una vez que lo empiezas no te das cuenta de que en los 45 minutos y 10 segundos que dura en total entre sus nueve canciones. Todas juntas son una gran armonía que se disfruta de igual manera de principio a fin. En quizá la composición más equilibrada y madura de The Strokes desde sus primeros dos discos a principios del milenio.
Para explicar eso hay tres grandes factores, el primero son los propios integrantes. Ya cada uno con varias vueltas dadas en solitario, esos siete años de espera para este álbum de estudio, quizás se justifican un poco más. Casablancas dejó sus experimentos para The Voidz y la comunión de Hammond Jr con Valensi es perfecta, que por ejemplo en “Not The Same Anymore” deja que las guitarras lleven toda la canción. Otro punto es el disco en sí, sus canciones. Pese a que puede parecer plano, no molesta para nada. Ya que encierra un concepto nostálgico perfecto para que un grupo de nuevos cuarentones lo personifiquen en letras desalentadoras, reflexivas y baladas. Es imposible volver a tener algo como “Reptilia”, pero si nos están dando temas como “Selfless” o “Eternal Summer”, no veo de qué quejarse. Lo último que hace que The New Abnormal funcione, es lo que representa. No por nada su portada incluye el cuadro “Bird on Money” del referente artístico de Nueva York, Jean-Michael Basquiat, o una canción titulada “Ode to the Mets”. Es una vuelta a disfrutar esto, a hacer música sin buscar resultados ni explorar, solo a ser quienes son, no quienes eran o querían ser.
Se suponía que este disco tendría algunas vistas previas en las versiones de Lollapalooza acá en sudamérica, pero al final eso no pasó. Pero tuvimos algo mejor, hicieron una serie de videos que subieron a su canal de YouTube hablando entre ellos, con polerón y pantuflas sobre cómo fue el proceso. El título de esos videos dice todo: “Cinco tipos hablando de cosas de las que no tienen idea”. Una unidad que se plasma en esos pequeños segundos al final de canciones como “The Adults Are Talking” nos deja escucharlos un poco, pasándola bien, siendo felices.
The Strokes aceptaron no ser "los salvadores del rock" como alguna vez les dijeron, sino que a veinte años de saltar a la fama, aceptaron ser The Strokes. Cansados, nostálgicos pero buenos para hacer música. Aunque lo pasivo de las nuevas no les favorezca para los escenarios que –si el panorama mejora- deberían ocupar, creo que con esto finalmente se puede decir que con ansias, esperamos que The Strokes venga lo más pronto posible.
Destacamos las canciones “Eternal Summer”, “Selfless” y “Bad Decisions”.
Fecha de lanzamiento: 10 de abril
Sello: RCA Records