Una trilogía de canciones llenas de empatía y reconocimiento frente a la existencia animal dan forma al primer trabajo musical de la cantautora.
Un conjunto de observaciones frente a la indiferencia humana, llevaron a Carla Martínez (2003) a componer una serie de temas que expresan el dolor de los animales, desde su experiencia más cotidiana. Entre tonos fríos y armonías cálidas, su voz y guitarras buscan describir un paisaje crudo sobre la vida entre quienes habitamos el planeta. En Animalia in (a)corde, la artista nos propone cuestionarnos lo que nos pasa junto a otros seres vivos como un ejercicio crítico, pero también empático y despierto.
Un trabajo detallista en la producción, hecho por la misma compositora con apoyo de Wally Lara, traza un concepto claro sobre tres animales distintos. Abriendo la narración se escucha “Limón”, canción que relata las últimas horas de un cordero que pronto será sacrificado. Entre arreglos sutiles, el tema pregunta abiertamente sobre el valor y los sentimientos de su protagonista.
Este breve disco conceptual expone en “Música para acuarios”, el proceso interno de la vida de un pez. “¿Podría cantar una canción como esta?”, nos dice la cantante mientras nos enfrenta a lo que la humanidad ha ignorado frente a otras formas de vida. Como cierre a esta tríada, “Gallus Gallus Domesticus” se enfrenta al sufrimiento físico de una gallina desde su cautiverio.
Lejos de los activismos violentos, el trabajo de Carla Martínez acerca al público a tomar conciencia sobre la fragilidad de la vida de una manera más amable y cariñosa. Este reciente trabajo discográfico de edición independiente es su primera presentación en la escena del indie pop, insertándose en el circuito chileno de conciertos a medida que se reactivan los eventos en vivo.