El viernes 1 de julio Agustina Paz presentará Amor, su flamante álbum, en la Manzana de las Luces. Con el piano como soporte, climas íntimos y confesiones, resonancias campestres y puentes hacia la redención, son las contraseñas de su quinto disco. Lo produjo Daniel Melero.
Amor es el quinto álbum de estudio de Agustina Paz y cuenta con la producción artística de Daniel Melero. Todas las composiciones le pertenecen a ella y surgieron en pandemia durante 2020. Canciones que giran alrededor de la ausencia y el renacer, y fusionan pinceladas pop melancólicas y vientos leves folclóricos, intentando explorar la intimidad, los ramalazos de dolor y dicha, las vueltas de la vida.
Los primeros años de vida de la pianista y cantautora se desarrollaron en Norberto de la Riestra, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, allí donde el tiempo y el espacio se multiplican, tanto como la siesta y los arenales.
El segundo tema de Amor se denomina “Huayno del camino” y está atravesado por esos aromas, esos intersticios, esos detalles de un paisaje que habita en ella. El rasguido del charango y el clima espectral del tema le aportan la exquisitez justa para elevarlo a categoría de insoslayable en su repertorio futuro.
En la música de Agustina Paz hay campo, la resonancia de ese espacio vasto, ese silencio que presagia acechanzas. Tal vez desde su álbum debut en 2009 con Bosques en desiertos, su búsqueda intenta replicar esa experiencia en el lenguaje musical. Y eso está marcado en cada trazo de sus canciones, aunque estos no tengan por qué ser explícitos. Una buena muestra es “Vidala de un naufragio”, una oda fantasmagórica a un amor perdido.
A su vez, como es costumbre, el piano es el gran protagonista. Como un eco del Erard heredado de su bisabuela, concertista en Francia, su interpretación como desempeño movilizan en ese machaque y en esa tersura tanto el destino como el clima de este quinto disco. Canciones tenues y sentidas, atiborradas de melancolía y delicadeza en las que el piano comanda los hilos. Puede ser la elocuencia de Bach o el minimalismo de Debussy, pero también la eficacia de un Charly García. Como en “Canción de amor”, la novena pieza del disco, deudora del mejor García.
La voz de Agustina Paz es plácida aunque resuelta. Y matiza muy bien escenarios tan distantes como insondables. A veces, hay cosas que, si no las nombramos, no existen: una determinada luz, un determinado aroma, un determinado tormento. Si bien el disco abre con un tema agridulce como “Libre” y cierra con un mantrico como “Soy la paz”, en el medio se mueve por aguas turbulentas que exhiben sus garras en canciones como “Te extraño” o “Animarse”. Sin embargo, la voz de Paz sobrelleva los embates con magnetismo.
El disco fue grabado entre junio y julio de 2021 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Max Cremona, Guillermo “Avto” Rodríguez y Matías Suarez son los músicos que participaron. “Libre”, canción que abre el álbum, fue el primer adelanto y se lanzó el 20 de mayo de 2022 junto con un videoclip, protagonizado por la bailarina y acróbata argentina Fershy Rie. Amor estará disponible en todas las plataformas a partir del 24 de junio, a través del Sello Plaza Independencia.
Agustina Paz en vivo el viernes 1 de julio en La Manzana de las Luces, Perú 272, Caba. A las 20hs. Entrada libre y gratuita.
Agustina Paz es una compositora, pianista y cantante. Su obra abarca géneros como el pop y las músicas de raíces folklóricas. Adepta a mezclar la pureza del piano acústico con las texturas de sintetizadores y sonidos procesados, Paz representa una generación de músicos inclasificables cuyo fuerte es la canción.
Agustina Paz comienza a tocar el piano de forma intuitiva a los cuatro años en Norberto de la Riestra, el pueblo donde pasó su infancia. A los siete años compone sus primeras canciones. A los catorce arma su primera banda de rock. A los diecisiete inicia sus estudios de piano en el Conservatorio Nacional Carlos López Buchardo (actual UNA). En paralelo estudia Musicoterapia en la Universidad del Salvador. A los veinticuatro comienza sus estudios de jazz con el pianista Guillermo Romero y más tarde se acerca al tango con el profesor Nicolás Ledesma. En 2006, un viaje a La Habana la lleva a incursionar en la música afrocubana. A su regreso compone su primer disco solista, Bosques en desiertos (2009), iniciando así su carrera de cantautora.
En tanto, trabaja como productora para el sello Fitness Beat (2005-2009) y luego para el sello Music Brokers (2009-2015). Su exploración dentro de la música electrónica la lleva a indagar en el impacto de las tecnologías en las vidas de las personas y a componer su segundo álbum, El Paztiche, disco-blog (2011), cuyas canciones surgieron de la realización de un blog y la producción es íntegramente realizada por ella en su estudio casero. Como cantante sesionista, Agustina participa en varias grabaciones. Y en cuanto arregladora, colabora en diversas producciones de artistas como Maca Monamú (Qué es irse, 2022), Cata Raybaud (Tribu, 2017; y Cruz del Sur, 2019), Marilí Machado (Contraluz), Laura González (Lo que tengo que hacer, 2013). Además, realiza la música original de la serie Matungo (producción peruana) y de 3 Historias de amor con final de Río (para una compañía de bailarines del Teatro Colón).
En 2015, lanza su álbum de estudio Yugo. Al año siguiente, realiza “Urban Art for Peace”: un video canción por la paz, cuya letra parte de mensajes de artistas urbanos de Alemania, Francia e Inglaterra. En 2018, edita dos simples como sesiones en vivo en estudio: "El Lado Azul de la Luna" (solo piano) y "Camino Verde" junto a Agustina Paz Grupo. En 2020, entrega La Fuerza, su cuarto álbum.
Como pianista colabora con artistas como Pablo Grinjot y Daniel Melero, entre otres, presentándose en el ND Teatro, La Cúpula del Centro Cultural Kirchner, La Biblioteca Nacional y La Sala Sinfónica de la Usina del Arte. En 2021 fue seleccionado para representar a la Argentina en el Mercat de Música de Vic Barcelona, España. Con sus canciones ha recorrido escenarios de México, Chile, Argentina y Uruguay.