En casi 30 minutos, el ahora dúo, explora nuevos sonidos, demuestra todas sus habilidades y experimenta como nunca antes.
Luego de “¿Dime quién soy?”, su exitoso primer álbum - también varios sencillos y un ep-, los hermanos Catalán muestran toda su versatilidad y creatividad en “Adiós mundo cruel”, su segundo álbum. Un material en el que dejan en claro que lo importante para ellos siempre han sido las canciones pop, sin importar la etiqueta sonora que tenga.
A diferencia de su anterior LP, la dupla de hermanos confió en su instinto y tomó el control creativo: Desde la composición hasta la grabación. El resultado es una colección de canciones oscuras -aunque siempre bailables-, en las que abordan temas como la soledad, la ansiedad que generan las redes sociales, el desamor, la muerte y lo inesperado de la vida, todo bajo una estética cyber punk, llena de sintetizadores, baterías programadas, humanidad, guitarras y guiños a la cultura popular.
El cambio estético y sonoro, va de la mano con su nueva forma de trabajar también en redes sociales, en las que muestran su lado más histriónico, humorístico, pero también con seriedad y realidad. Como cantan en ‘AMC’, están en una etapa en la que quieren disfrutar de lo que hacen, por lo que su actitud es solo una: Pasarla bien.
- “Lo otro que nos motivó fue que perdimos el miedo a decir lo que pensamos. Somos una banda que ha tenido momentos muy buenos, a pesar de no estar “pegados”, lo que se debe, en parte a la obstinación que tenemos como hermanos al querer dedicarnos a la música sin ser de una familia de medios y, en general, tener todo en nuestra contra”, explican.
Sobre qué trata el álbum, detallan que a lo largo de las canciones cuentan la historia de un personaje que nace al margen de la sociedad, en una familia disfuncional, sin recursos y que tiene problemas de identidad.
- “Este es un disco dedicado a los perdedores, a los cabros que están atrás en la sala de clases, escondiéndose porque se sienten avergonzados de ser quiénes son. Dentro de todo esta trama, abordamos también la problemática de vivir en una sociedad completamente expuesta a las redes sociales”, afirman.
“Adiós, mundo cruel”, es el reflejo de la evolución del dúo, uno que deja por ahora el sonido orgánico para apostar por elementos electrónicos, y redefinir su identidad, una con la que parecen iniciar desde cero, pero sin abandonar su centro: las melodías pop.