Luego de su reciente debut en el Festival de Viña, la banda británica, The Cult, realizó un concierto protagonizado por una atmósfera mística que, acompañada de la histriónica personalidad de Astbury y el innegable talento musical de Duffy, Tempesta y Adams, crearon el clima perfecto para una noche de rock inolvidable.
Por: Savka Martinic
Foto: Luis Marchant
El encuentro comenzó con un aura mística incluso antes de que los músicos comenzaran a interpretar sus éxitos, pues el público fue testigo de una especie de ritual de purificación de la mano de parte del equipo de la banda al pasar un tipo de incienso por el escenario, los instrumentos y quienes estaban en las primeras filas del evento. Un hecho que ya hacía presagiar la noche única que se avecinaba, creando un ambiente de energías que se renovaron con cada acorde y ovación.
Astbury y el resto de la banda, dieron inicio a este encuentro con ‘In the Clouds’ y ‘Rise’, ambos grandes éxitos que encendieron los corazones de los fanáticos y que comenzaron a brindar la cuota de rock clave para la noche. La noche avanzaba y la banda continuó entregando a los presentes las mejores interpretaciones de sus éxitos de alcance mundial, como ‘Revolution’, ‘Sweet soul sister’, ‘Spiritwalker’, ‘She sells Sanctuary’, entre otros. Junto a ello, los cambios de luces estuvieron presentes y sirvieron para complementar y acompañar esta noche esotérica.
A lo largo del encuentro, lo que más destacó e hizo de este show algo único fue la extravagante personalidad del vocalista, quién bailó, tocó el pandero, interactuó constantemente con el público e incluso habló en español para potenciar este vínculo creciente. Además, hacia el final del show Astbury le regaló el pandero utilizado en el show a un pequeño fanático de la primera fila que había coreado con energía todas las canciones de la banda británica. Un momento si bien inesperado, se veía venir ya que el vocalista ya había intercambiado miradas con él y se había acercado mientras cantaba durante el concierto, por lo que sin duda quedó en la memoria de todos como un momento muy especial para la audiencia y, por supuesto, para el pequeño fanático.
En suma, fue una noche mágica, rockera y mística que demostró que este tipo de bandas aún tienen su público fiel en Chile con el que comparten un vínculo inquebrantable. Un encuentro especial que dejó satisfecho al público rockero de todas las edades que desde antes del concierto estaban expectantes por ver a la banda en un recinto más pequeño e íntimo.
Galería fotográfica por Luis Marchant
THE CULT