"Ruido y catarsis en el Caupolicán: la noche en que el poder femenino fue música, libertad y manifiesto"

En una noche marcada por la temperatura gélida y un público expectante, el Teatro Caupolicán fue escenario de uno de los encuentros musicales más contundentes del año. Tres nombres —Chini.png, Kim Gordon y St. Vincent— convergieron en una misma jornada para entregar no solo conciertos, sino tres manifiestos estéticos y emocionales profundamente distintos, pero sintonizados en una misma frecuencia: la de la libertad artística.

Por: Joaquín Bravo

Fotos: Daniela Toledo A.

Chini.png: experimentación desde el margen

La velada comenzó con la presentación de la artista chilena María José Ayarza, más conocida como Chini.png o ex Chini and the technicians.
Lejos de conformarse con el rol de telonera, desmanteló cualquier expectativa con una propuesta escénica tan singular como provocadora, despertando el ánimo del público desde el primer minuto.
Acompañada de su “superbanda”, compuesta por nombres ya conocidos en la escena chilena, como miembros de Niños del Cerro y Columpios al Suelo, desplegó un set de mathrock, shoegaze, alternativo y estructuras melódicas que desafiaban el oído cómodo. En su mayoria tocó canciones de su último disco, El día libre de Polux (2023), dónde su voz osciló entre lo dulce y lo rasgado, con un lenguaje sonoro actual y una puesta en escena que equilibró el caos y la precisión.

Kim Gordon: el ruido como disidencia

Cuando Kim Gordon apareció en escena, lo #hizo sin anuncio ni ceremonia. Bastó su presencia para tensar el aire del Caupolicán. Vestida con una camiseta que decía “Gulf of Mexico”, dejó claro que su discurso no es solo sonoro, sino político. Desde que comenzó con “BYE BYE”, el público entendió que no había espacio para la nostalgia. Aquí no había lugar para homenajes a Sonic Youth. La artista estadounidense venía a presentar el cuerpo denso y vibrante de The Collective (2024), su trabajo más visceral hasta la fecha.

La presentación fue un descenso a lo más crudo del noise, el trip-hop industrial y el post-punk minimalista. En “I Don’t Miss My Mind”, la distorsión alcanzó niveles casi rituales, mientras que “Dream Dollar” se desplegó como una pieza cinematográfica de terror sonoro. Cada beat parecía un golpe seco; cada capa de sonido, una herida abierta. “Paprika Pony”
—tema extraído de No Home Record (2019)— trajo una pausa en el frenesí para abrir paso al trap abrasivo al estilo Kim Gordon: sin rima, sin verso, solo cuerpo y atmósfera.

Su show no tuvo momentos para el respiro ni para la validación fácil. Fue denso, oscuro, inquietante, algo bastante difícil de digerir para quienes no están acostumbrados a Kim, pero también catártico. Gordon sabe perfectamente cómo incomodar sin perder belleza. En “Cookie Butter”, pieza final de su set, dejó que la música se disolviera lentamente en una espiral de guitarras abrasivas y percusiones tensas, mientras ella misma se replegaba entre las sombras. No hubo discursos, ni saludos extensos. Su forma de comunicarse fue otra: ruidosa, política, y profundamente desafiante.
La única pega fue la iluminación de su show, la cual dificultó en algunos momentos la visión a los músicos, sin embargo, la música se sintió de principio a fin dentro de todos los asistentes, sin necesidad de observar .

Setlist:

  1. BYE BYE
  2. The Candy House
  3. I Don't Miss My Mind
  4. I'm a Man
  5. Trophies
  6. It's Dark Inside
  7. Psychedelic Orgasm
  8. Cigarette
  9. The Believers
  10. Dream Dollar
  11. Paprika Pony
  12. Hungry Baby
  13. Cookie Butter

St. Vincent: cuerpo, precisión y asombro

Pasadas las 22:30 horas, y con un teatro que ya no podía contener más expectativas, ]]Annie Clark]] —St. Vincent— emergió como una figura mística entre luces dramáticas y una escenografía contenida. “Reckless”, la misma que abre su más reciente disco All Born Screaming (2024), fue el primer llamado. Lo que vino después fue un recorrido teatral, emocional y técnico por las múltiples capas de una artista en su punto más sólido.

Desde el primer acorde, Clark demostró que no está interesada en repetir fórmulas. “Fear the Future” rompió con cualquier atmósfera contemplativa para dejar claro que lo suyo es el vértigo, la dualidad entre fragilidad y poder. En “Los Ageless”, el teatro vibró como una sola masa; la mezcla de synth-dance y distorsión pop convirtió la cancha del Caupolicán en una pista de baile existencial. Luego, con “Broken Man”, la artista ofreció una performance física y sensual: paseó el escenario, se arrastró, gritó, interactuó con el trípode del micrófono como si fuese un compañero más de escena. La tensión sexual y el control escénico se fundieron en una pieza total.

La selección de canciones hizo justicia a su carrera camaleónica. “Flea”, con sus estructuras que remiten al rock progresivo setentero, y “Pay Your Way in Pain”, con su teatralidad similar a artistas “Glam” de la epoca, revelaron a una artista que hace del eclecticismo su columna vertebral. Incluso en momentos de calma, como “Cheerleader” o “Candy Darling”, Clark no bajó el nivel emocional. Al contrario, demostró que puede sostener la atención con el mínimo recurso: una voz, una luz y un teclado.

Uno de los puntos más altos llegó con “New York”, cuando se lanzó al público en un crowd surfing que terminó con una anécdota inolvidable. Entre gritos y risas, perdió sus zapatos, donde la misma gente se organizó para regresarlos, generando carcajadas espontáneas que distendieron la intensidad del momento, pasando de lado a lado entre los asistentes en cancha.

No faltaron guiños locales. En “Violent Times”, tema compartido con Mon Laferte, hubo una conexión especial con el público chileno, aunque sin la presencia de la cantante nacional, además de recibir con mucho cariño y admiración hacia la chilena.

El cierre llegó con “All Born Screaming”, en una versión cargada de solemnidad y fuerza, y luego con una “Candy Darling” delicada y confesional, solo con teclados. Fue ahí, en ese último momento, cuando Annie Clark dejó todo en escena. Sin excesos. Solo arte, entrega y una voz que aún resonaba como eco cuando las luces ya estaban encendidas.

Setlist:

  1. Reckless
  2. Fear the Future
  3. Los Ageless
  4. Broken Man
  5. Birth in Reverse
  6. Dilettante
  7. Pay Your Way in Pain
  8. Flea
  9. Cheerleader
  10. Big Time Nothing
  11. Marrow
  12. Violent Times
  13. New York
  14. Sugarboy
  15. All Born Screaming

Encore:

  1. Candy Darling