La compositora, productora y performer argentina estrenó un EP inspirado en el silencio y lo que nace al estar en constante relación con él. Observación, reflexión, crítica y movimiento se conjugan en un trabajo tan etéreo como terrenal en el que el piano es protagonista y el género canción se aborda con audacia y profundidad.
- “El silencio suele estar asociado a lo que más nos conecta con lo que sentimos, pero si lo que sentimos no está listo para salir puede que nos aturda”, asegura Candela Cibrián -autora, cantante y productora musical que lleva adelante el proyecto Fenna Frei- para explicar de dónde surgieron las cinco canciones que integran Me despertó el silencio, su nuevo EP y quizá el más optimista, sencillo y emocional que ha presentado hasta ahora. “Si algo revelador hubo en los tiempos de cuarentena para alguien de la urbe como yo, fue descubrir una cotidianeidad sin contaminación auditiva. Una mañana de esos primeros días, algo que me llamó absurdamente la atención fue que me había despertado el silencio. Al ponerlo en esas palabras me pareció una paradoja muy poderosa, el hecho de que el silencio también pueda ser ensordecedor y despertarnos”, detalla.
Con armonías modales, aires de dream pop y bases electrónicas, el piano emerge como un nuevo protagonista de las canciones de Fenna Frei, dando a conocer una faceta songwriter que es abordada con audacia y de la mano de una poesía delicada e íntima. Este universo creativo es acompañado visualmente por el trabajo Juan Ian, acuarelista argentino que estuvo a cargo del arte de tapa del álbum y que además realizó una serie de imágenes que representan los estados de ensueño compartidos en Me despertó el silencio.
“Sin miradas” y “Todos mis labios” fueron los dos adelantos que Fenna Frei liberó entre 2021 y 2022. Ambos sencillos dejaron en evidencia el alejamiento por parte de la compositora del darkpop-tribal que caracterizó su anterior EP, Exilios (2020), para dar paso a nuevas búsquedas, siempre en pos de la regeneración y la evolución personal y artística. En este camino nacieron magnéticas composiciones que se destacan por su balance entre lo orgánico y lo electrónico, así como por la menor carga de elementos en la producción:
- “Mi objetivo fue componer canciones que en su total desnudez logren narrar historias o ideas de manera bella y sencilla, algo en lo que hasta ahora nunca había incursionado. Una pensaría que ese debería ser el objetivo de cualquier canción, pero no siempre lo es y tampoco está mal. Compuse muchas canciones a partir de sonidos y elementos de producción que jamás podría reproducir en un repertorio acústico, y que amo. Pero esta etapa, muy conectada a un cambio rotundo de mi identidad y derrumbamiento del autoestima, fue para desandar todo ese camino y pensar las canciones independientes a su proceso de producción”, comenta la autora sobre el trabajo de producción, el que realizó junto al productor e ingeniero Santiago Iezzi, con quien ha colaborado desde sus primeros lanzamientos.
Aunque más despojadas que sus predecesoras, las composiciones que Fenna Frei entrega en Me despertó el silencio son ricas en matices y dueñas de una estética impresionista que resulta experimental, elegante y contemporánea. Este aspecto dreamy del sonido se combina con un mensaje terrenal de humildad y vulnerabilidad que es resumido con delicadeza y convicción en “Un malvón en tu boca” -canción con la que finaliza el álbum-, cuando la voz cantante declara: “Por una vez nos toca ser audiencia en la tierra”. Sobre el mensaje general del álbum, la compositora profundiza: “Podemos pasar un año encerradxs sintiendo que “no hacemos nada”, pero el hecho de detenerse a observar el mundo mientras éste se detiene (como lo hice en mi canción “Sin Miradas”) es una acción poderosa y de abundante nutrición filosófica. Lo mismo respecto a la repetición y el encierro. Desde que tenemos uso de razón entendemos que el futuro es azaroso, pero en el presente lo olvidamos sin descuido. Aprender a proyectar con cautela y sin dar nada por sentado nos puede volver más vulnerables, humildes, y llevarnos a entendernos como parte de un todo. Esta vulnerabilidad/consciencia nos lleva a cuidar y valorar eso que hoy nos garantiza el futuro que soñamos, y es la única salida que tenemos”.