Después de 5 años de su disco debut, el dúo puertorriqueño vuelve con “Se Amaba Así” un álbum que navega los dilemas y claroscuros del amor, con un sonido que revive géneros musicales clásicos de Latinoamerica y el caribe, en un giro único y contemporáneo.
Por: José Martínez
Probablemente la primera aproximación de muchos a esta banda sea el bullado track “Andrea” de Bad Bunny. También puede ser la colaboración con ni más ni menos que un coterráneo: Alex Anwandter y “Mi Vida en Llamas”. O definitivamente puede ser gracias al energético y estimulante “Vámono” que sonaba en algún videojuego futbolero por los 2020s. Sin embargo, la discografía de Buscabulla es extensa y abarca más de 11 años; dos EPs, un álbum debut estrenado en 2020, remixes y colaboraciones junto a Helado Negro, Poolside, Kali Uchis, Jayco y los ya mencionados Bad Bunny y Alex Anwandter, valiéndose del reconocimiento de medios como Rolling Stone e incluso estar bajo al alero de reconocidos sellos como Kitsuné o Domino Records.
Desde sus inicios en New York, con canciones como “Caer”, “Sonó” o “Tártaro”, Buscabulla rindió homenaje a géneros latinos arraigados, como salsas, baladas y boleros, con una vuelta de tuerca que mezcla sonidos urbanos, electrónicos y pop, creando una atmósfera inigualable. En definitiva, un sonido familiar con tintes contemporáneos que lograba consolidarse en “Regresa”, álbum debut del 2020, con el cual Raquel y Luis, ya asentados en Puerto Rico, lograban un disco fresco, bailable e, inconscientemente, ideal para sobrellevar los difíciles tiempos pandémicos.
5 años después, y luego de las mencionadas y exitosas colaboraciones, el dúo vuelve al formato de larga duración con un tono más íntimo y personal que se percibe desde su portada, el arte promocional y en la puesta en escena de su celebrado listening party. “Se Amaba Así” es sobre Raquel y Luis, sus contradicciones y sus sentimientos; una historia llena de drama, tensión y pasión desbordada.
“El Camino” comienza como una escena tensa. Entre rasgueos de guitarra, el bajo exquisito (sello de la casa) y la voz emocional de Raquel, que busca decisión entre idas y vueltas, se introduce el conflicto central del álbum: el posible término de la relación. La urgencia es imperiosa y por ello Raquel advierte en forma de ultimátum:
- “Escoge tu camino, Que ya no quiero adivinar. Escojo mi camino y ya no va a haber marcha atrás”.
Ya con la lejanía aparentemente consumada, “Divino Tesoro” aparece como una balada caribeña cargada al lamento y que se refuerza junto a “Miraverahí”, la cual vuelve a los sintetizadores y a un ritmo pop, en una reflexión de las diferencias de la pareja y cómo estas han ido surgiendo con el pasar de los años.
Sin embargo, en toda historia siempre hay una contraparte. Por ello, Luis, por primera vez en toda la discografía de Buscbulla, toma el relevo y canta:
- “Solo son palabras que flotan en el aire. Llegan hasta a mí, sin querer la oí. Con toda tu ira y toda tu herida, ganas de sufrir y hacerme a mi sufrir”. A punta de guitarra, sintes y susurros, “El Empuje” demuestra que el dolor y el miedo es compartido por ambos.
Mientras tanto, “Te Fuiste” (el corte que recuerda sonoramente a los EP I y II, cargados de sintetizadores y una energía palpable) presenta a Raquel en una reflexión contradictoriamente dolorosa: }
- “Yo te quiero y no lo niego, no te quiero perder, pero te fuiste y me dejaste y me fallaste”.
Con el sentimiento a flor de piel, Raquel viaja por sus memorias buscando explicación a toda esta situación. Y claro, las respuestas vienen desde lugares cercanos: los padres y sus dinámicas. “Se Amaba Así” es una balada directa, dura y sincera, que pone en el foco a todas aquellas formas de amar perpetuadas por el tiempo y sus consecuencias en el árbol genealógico. Luis aparece acompañando en los coros, como un eco y recordatorio de que, a fin de cuentas, todos en cierta medida se ven afectados por estas prácticas. Tanto es así que la voz dulce e inocente de una pequeña persona se asoma: la hija de Raquel y Luis esboza un sencillo pero doloroso “Se va, Se va”, corroborando un mensaje que invita a avanzar y mejorar las formas, dejando uno de los momentos más bellos y catárticos del álbum y de la historia de Buscabulla.
De igual forma, la soledad abunda y Raquel no logra llenar el vacío de quien se fue. “Incrédula” comienza de menos a más, nuevamente con un bajo que invita a moverse, mientras la necesidad de volver a la relación crece y se vuelve casi imperiosa. Por ello “Mi Marido”, una especie de neo-bolero, confirma que el amor es más grande que un contrato y que solo el tiempo determinará los sucesos:
- “Solo el futuro sabrá lo que está para mí y pa’ ti. Aunque no estuviera escrito, te decía mi marido”
Luis aparece por última vez y despacha “Mortal” que, entre un riff de guitarra eléctrico hipnotizante, consuma el camino de vuelta y lo que parece una reconciliación:
- “Quiero olvidar, volver a soñar contigo, quiero soltar todo lo que nos dijimos, Quiero volver”.
Finalmente, con el camino ya recorrido y una reconciliación que parece ya consumada, Raquel vuelve para entregar un último suspiro.
“De Lejito” se entrega con alma y con una calidez embriagante. Una salsa que se percibe como un clásico instantáneo sobre la nostalgia, la añoranza por primeras veces, las limitancias de los amantes y las contradicciones del amor, pero siempre con una visión positiva y esperanzadora.
“Se Amaba Así” suena a Buscabulla, pero de la forma más íntima posible. Es un ejercicio que nace de las entrañas, de una crisis que inspira una historia que se percibe real y cercana. Por ello es que el trabajo de Raquel y Luis conecta y emociona: “Se Amaba Así” es la radiografía latina al amor y sus dilemas, las pasiones y el dramatismo. Es una obra que no solo habla de la actualidad, sino también el pasado, los ancestros, tanto por los temas tratados y los géneros musicales que se reviven de forma creativa e innovadora. Buscabulla ama así: con memoria, experimentación y música, buena música.