La DJ y productora belga Amelie Lens presentó por primera vez en el mundo su nuevo concepto Aura, y eligió Chile como escenario para este esperado debut. Con un Espacio Riesco completamente lleno, la artista entregó una experiencia sonora de alto nivel que se extendió por más de seis horas, confirmando por qué es considerada una de las figuras más relevantes del techno actual.
Por: Álvaro Rodríguez Cárdenas
Fotos: Alejandra Besoain
Desde su aparición puntual en el escenario, el ambiente se transformó. La energía del público fue inmediata y arrolladora. No hubo espacio para pausas ni distracciones: el techno oscuro, pulsante y vertiginoso de Lens capturó a cada asistente desde el primer beat. El concepto Aura busca precisamente eso: una comunión sensorial entre artista y audiencia, donde la música es el único lenguaje.
Durante la primera hora, la DJ desplegó una paleta vibrante de sonidos industriales y minimalistas que marcaron el tono de la noche. Su capacidad para leer al público fue impecable. Cada transición, cada subida de intensidad, era recibida con ovaciones y una pista que no dejaba de moverse. La propuesta de Aura se sentía viva, y el público lo entendió desde el comienzo: la consigna era entregarse por completo.
A medida que avanzaban las horas, el set evolucionó hacia un techno más ácido, con claras influencias del sonido rave de los 90. Lens ofreció una verdadera clase magistral: mezclas precisas, un ritmo implacable y una narrativa sonora envolvente que mantuvo al público en un trance colectivo. La intensidad no decayó en ningún momento; cada rincón del recinto vibraba con el mismo pulso.
Uno de los aspectos más destacados fue, sin duda, la respuesta del público chileno: entusiasta, entregado y en sintonía total con la artista. La pista fue un reflejo de devoción y energía constante. Para muchos, se trató de una experiencia catártica, un espacio para dejarlo todo, olvidar la rutina y vivir el presente al ritmo del techno.
Amelie Lens no vino a improvisar. Lo suyo fue una demostración de técnica, visión artística y conexión humana. En su debut mundial, Aura cumplió y superó expectativas. La DJ no solo reafirmó su estatus como una de las 100 mejores del mundo, sino que dejó en claro que su nuevo proyecto tiene el potencial de convertirse en un hito en la escena electrónica global.
La noche del sábado en Espacio Riesco no fue una más: fue el inicio de un viaje que recién comienza y que ya dejó huella en la memoria colectiva de quienes estuvieron ahí.
AMELIE LENS
LEONOR BAESLER
